Por su interés, a continuación reproducimos una carta que hemos recibido de una afiliada, reflexionando sobre la nueva reestructuración de oficinas:

De antemano, pido perdón por el “ladrillazo” que he escrito, pero es que según va pasando el tiempo me voy dando cuenta de que todo este “tinglado” no tiene donde sostenerse.

Las agrupaciones de oficinas se han empezado a construir por el tejado y, según pasan las semanas, sus cimientos se tambalean cada vez más.

En mi oficina vamos a pasar a ser “cabecera”. Esto, a priori, parece bueno. No sé, es como si te dieran un premio porque te han “elegido” para ser “cabecera” y no pasas a ser un segundón, un “satélite”.

Para ello la entidad necesita hacer algunos cambios, empezando por decirle a algunas personas que “gracias pero adiós”, que “no son las personas adecuadas para ocupar ese puesto” y que “deben” (porque no hay opción, o sales voluntariamente o te sacan de ahí) renunciar a su puesto. Algunos con promesas (conozco el caso de una directora a la que se le prometió acercarla a casa como GBP, pero seguidamente se le dijo que no firmara la carta de momento. De esto hace casi dos meses y, a fecha de hoy, con una promoción por subrogar a final de enero, sólo sabe que ocupa un puesto para el que no la quieren por ser “poco agresiva”). Otros sin rumbo (como una subdirectora que ya ha firmado la renuncia pero nadie le ha dicho dónde va a ir). Directores a los que se les asegura que van a dirigir las nuevas agrupaciones pero que no deben decir nada a nadie (ni a su familia) si no quieren ser destituidos…

Secretos. Miedo. Amenazas que sólo sirven para amedrantar a los débiles y crear discordia entre compañeros. El río ya está revuelto y la relación entre compañeros enrarecida. Nadie confía en nadie.

A fecha de hoy, ya se conocen los ficheros que incluyen los clientes de las nuevas carteras. Una GBP, compartida entre dos oficinas, descubre que toda la clientela de su cartera pertenece a una sola oficina, la que ahora será “cabecera”. Entonces, ¿qué hace yendo dos días por semana a la oficina en la que no va a tener clientes? En mi oficina, donde hasta la fecha había cuatro carteras de clientes (dirección, subdirección, GBP y gestor) sólo va a haber dos (GBP y gestor). Y en una de las satélites, donde hasta ayer había tres personas con cartera (dirección, subdirección y GBP) sólo va a haber dos. Y esto por no hablar de los puestos de caja, que todavía no sabemos si los habrá, se reducirá su horario o se eliminarán. Por supuesto, “ayudados” por los mismos cajeros automáticos obsoletos, que se quedan colgados cada dos por tres, porque el software que tienen instalado es mucho más avanzado de lo que la vieja máquina puede soportar.

Entonces, ¿de qué va esto? ¿A qué estamos jugando?

Estamos en un escenario de extrema competencia donde, si en algo se ha distinguido Ibercaja, es en el trato con la clientela. Hace tiempo que la orientación en producto dejó de ser un arma comercial (todos ofrecemos lo mismo) y lo que “vende” es la orientación al cliente (asesoramiento, gestión, seguimiento,…. ¿os suena?).

Personalmente, según pasan los días veo que la única finalidad de todo esto es:

·         Mayor carga de trabajo

·         Menos personal

·         Mismo o menor sueldo

Yo soy más de letras, pero algo de matemáticas sé, y el resultado de esta ecuación está claro: Ibercaja se está mirando el ombligo, buscando la forma de maquillar un ahorro en costes a costa de reducir el personal y/o aumentar sus atribuciones y cargas de trabajo, sin incremento alguno en su retribución.

Después de casi veinte años formando parte de la plantilla de Ibercaja, tengo la sensación (compartida con otros compañeros) de que amamos más a Ibercaja y a sus clientes de lo que la dirección de Ibercaja quiere a sus empleados. Parece que se les olvida que quienes proyectan la imagen de la entidad somos quienes tratamos cada día con nuestros clientes, los que estamos en las oficinas.

Un abrazo y muchas gracias a CCOO por vuestra excelente labor.