En un momento en el que sentimientos como la preocupación y la indignación están a flor de piel, y son hasta legítimos, CCOO queremos hacer un llamamiento a la serenidad y a la reflexión. 

Pero también a la responsabilidad tanto la de los responsables de la entidad, que ya tardan en dejar de ser reactivos para actuar con anticipación aplicando más medidas preventivas, como la de toda la plantilla,  porque hay que mantener el banco a flote para que cuando pase la cuarentena estemos en disposición de contribuir a la recuperación.

La plantilla de ibercaja lo haremos, seguro, con la máxima profesionalidad. Somos y seremos necesarios, que le quede claro a la dirección. 

Para fomentar esa reflexión,  compartimos un correo electrónico de una afiliada, que muy seguramente suscribáis la mayoría:

«Utilizo este medio ante el estupor que me ha producido el correo que nos han enviado a los empleados de oficina que estamos en casa para que llamemos a los clientes.

No sé aún qué efecto tendrá en los clientes una llamada en la que no les puedo dar información de sus posiciones ni puedo consultar nada que me pregunten. Tal vez tenga buena acogida. Tal vez se queden conformes cuando les diga que un compañero se pondrá en contacto con ellos en 24-48 horas como nos dice el argumentario. Tal vez cuando les dé el número de teléfono o la página donde pueden solicitar el servicio de ibercajadirecto se queden conformes.

Lo que no sé, porque es materialmente imposible, es cómo van a poder seguir trabajando los dos compañeros que están en la oficina, puesto que se tienen que ocupar de darme información que no puedo consultar, reportar el resultado, y sobre todo atender a las llamadas y correos de clientes pidiendo moratoria hipotecaria y consultando qué pasa con las financiaciones a las que les ha dicho el gobierno que pueden acceder como autónomos o pymes, acercarse a la puerta para ver qué quiere el cliente, atenderle tras la puerta, decidir si abrir o no, tener una audio, enviar información al grupo de la oficina…

Creo que todo lo que nos indican debe estar pensado, como casi todo, para oficinas de 8 o más empleados… y pensado por personas ajenas a la realidad, que deberían pasar un día en una oficina atendiendo a la clientela. 

Tal vez piensen que estamos cómodos en casa, pero os puedo asegurar que no se está cómodo trabajando en casa. Y si todo este maravilloso plan lo han puesto en marcha desde sus domicilios, debe ser que tienen más suerte que los que trabajamos en una oficina.

Os rogaría que intentéis hacer reflexionar a los que han puesto en marcha este plan.

Como buenos profesionales estamos desde el primer día en contacto con nuestros compañeros, hemos llamado a los clientes sin la presión de un reporting, estamos echando una mano como podemos, hasta levantando el ánimo en grupos creados…. pero que dejen de meter más presión. Lo pido por favor.»