Cada vez se hace más evidente que protagonizamos una distopía. En la planta 2 del edificio central viven en su “mundo feliz”, pero por mucho que se empeñen no se corresponde con la realidad que vivimos la Plantilla.

Si sale mal la encuesta sobre “Experiencia del Empleado”, no pasa nada, lo solucionamos diciendo que pongan buena cara a la clientela y que no se noten la decepción y el hartazgo y, de paso, añado otro reporting a la colección.

Si necesito renovar el sello EFR, en lugar de aplicar efectivamente las medidas que me he autoimpuesto, pues pago lo que sea al certificador para renovarlo.

Si la ley me exige un Plan de Igualdad, me aprovecho de la buena fe y responsabilidad de la representación sindical, y patada para adelante.

Si los pesados de CCOO no nos dejan tranquilos, pues “invitamos”  a toda la plantilla a un baño de masas, cueste lo que cueste.

Hay un gravísimo problema de comunicación, de responsabilidad y de honestidad profesional; no sabemos si el teléfono está roto, lo que requeriría una reparación, o escacharrado y hay que cambiarlo.

No hace falta que busquen soluciones, CCOO se las damos todos los días. Tanto si el teléfono está roto, como escacharrado, seguimos pidiendo ALTO Y CLARO:

Revisión de objetivos, mejoras en retribución y carreras profesionales, subida salarial, más autonomía y atribuciones, respeto personal y profesional, trato preferente en operaciones de activo y pasivo, mejoras en Flexibilidad e Igualdad, Teletrabajo, medidas para renovar y reponer la Plantilla e incremento de los medios humanos y técnicos.