Compartimos escrito que nos remite una persona afiliada, donde refleja una realidad que sufre la Red con las autorizaciones de riesgos (especialmente hipotecas). Al final añadimos unas reflexiones propias sobre la cuestión:

“Estimado cliente.

Agradezco tu confianza puesta en nosotros* y, especialmente, agradezco tus palabras hacia mí como profesional, así como lamento que finalmente nuestra relación termine de forma tan decepcionante para ambos. Sobre todo agradezco que no pongas en duda mis palabras, que en todo momento han sido sinceras, y que no dudes que mi trabajo siempre ha sido por y para ayudarte en tus decisiones financieras. No dudes que siempre he tratado de asesorarte con profesionalidad.

Una profesionalidad y un saber hacer que, a menudo, es minusvalorado por “quienes tienen razón porque tienen el poder”. Sí, así es. Al parecer, en esta familia que somos Ibercaja, ocupar ciertos puestos de responsabilidad da derecho a menospreciar el trabajo de los que estamos por debajo de aquellos  a los que se nos puede exigir sin límite, a los que no hay que felicitar por sus logros porque siempre se podría haber hecho más (aunque no mejor, porque eso es imposible). Ocupar ciertos puestos de responsabilidad da derecho a cambiar las reglas del juego a capricho, con premeditación y alevosía, sin previo aviso, sin darnos margen de maniobra para virar nuestro rumbo sin estrellarnos ni para tratar de explicarle al cliente que donde dije digo, ahora digo Diego, ni para replantear las operaciones,… Una carrera de fondo con obstáculos para que no podamos llegar a la meta (léase, cumplir los objetivos). 

Esto es lo que ha sucedido: Un cambio de criterio. Solo eso. Tan sencillo y tan complejo.”

*Cuando nos referimos a Ibercaja no lo hacemos con un “la entidad” o “el banco” sino con un “nosotros”. Es algo que caracteriza a la mayor parte de la Plantilla. Es algo que dice mucho de la implicación del empleado con sus compañeros, con la empresa, con el equipo, como parte de una colectividad, de una gran familia.

CCOO añadimos que ha habido una gravísima falta de previsión con la campaña de hipotecas. Nos lanzamos al mercado con un precio competitivo y los responsables deberían haber previsto el cuello de botella que se ha formado por la gran cantidad de operaciones enviadas y la falta de recursos en el departamento donde se tienen que estudiar. Un departamento que no sólo no cuenta con los medios humanos necesarios, sino donde las directrices también cambian según el día, no tienen variable y, además, llevan años en un sótano no acondicionado para su trabajo y sufriendo obras durante los últimos meses (ruidos, polvo, inundaciones, amagos de incendio,…).

Sin olvidar a ciertos responsables de Red, grandes resolvedores de NADA y expertos en cambiar los problemas de sitio, que en reuniones con las oficinas no dudan en atacar al CEA y sus profesionales, pero ¿esas palabras serían las mismas si fuera a la clientela a quien deben dar explicaciones?  

Querido Consejo, a ti me quejo: ¿Para cuándo la revisión de los objetivos y la RVO, mejoras en retribución y carreras profesionales, subida salarial, más autonomía y atribuciones, respeto personal y profesional, trato preferente en operaciones de activo (tipos y novaciones) y pasivo, mejoras en Flexibilidad e Igualdad, Teletrabajo, medidas para renovar y reponer la Plantilla e incremento de los medios humanos y técnicos? ¿Tendremos que recurrir a San Expedito?