Vaya por delante nuestro más absoluto respeto a la mayor parte de los profesionales que participaron activamente en el episodio apócrifo de ayer, de la serie sobre futuros distópicos “Black Mirror”, al que según la ID de hoy, “se conectaron más de 4.000 compañeros y compañeras”. El tiempo es la cosa que más valor tiene, así que enhorabuena a quienes no se conectaron, ahorraron hora y media de sus vidas.
Qué tristeza nos da, tanto esfuerzo por la puesta en escena, y luego tanta desidia con quienes tendremos que sacar adelante el DESAFÍO.
Volvemos a lo de siempre, en la cúpula directiva hay una disonancia cognitiva, propia de tratamiento esquizoide, que alega a la legitimidad como argumento para ocupar el puesto que nos corresponde. Sólo faltó la presencia del “legitimador”.
Este último intento de lobotomía colectiva no fue presencial, al menos esta vez nos hemos ahorrado los viajes, pero no la indignación.
Te lanzan los objetivos y ¡¡¡hala!!!, en tres años hablamos, búscate la vida, que de destrozártela ya se encargará algún responsable de Red… ¿pero cómo pueden presumir de invertir en tecnología cuando el personal no podía conectarse a la presentación? Al final tuvieron que difundir el enlace vía Whatsapp, en abierto, para que cada cual lo pudiera abrir sin claves. Según avanzaba la presentación se iban incorporando más y más personas. Al final superaban las 500 las que acabaron conectándose por el enlace sin clave. ¡Y luego nos vienen hablando de agilizar procesos y de contratación por reconocimiento biométrico de la voz!
No nos molesta especialmente que nos intenten engañar, es su deporte favorito. Lo que realmente nos duele es el insulto que supuso para la mayor parte de la Plantilla, aunque tal vez no sea premeditado, porque no son de este mundo.
Nos dejamos la vida y nunca es suficiente. Por no hablar del trato y las formas. Ni siquiera piensan en las personas que no tienen acceso al portal del empleado desde sus domicilios por estar de baja. Ni se habían enterado del “mitin”. No digamos lo de que puedan aprovechar el tiempo para hacer los cursos del Ibercampus, si voluntariamente quieren.
Podríamos hacer una crítica constructiva (carencia de factores ilusionantes y explicaciones más detalladas, ausencia de lenguaje inclusivo, etc.), pero para lo que sirve… También se podría hacer una crítica mordaz, que daría para mucho (desde pensar que nos pusieron el vídeo equivocado, hasta que es una desafortunada broma); pero en esta ocasión nos vamos a quedar con las imágenes, porque sí valen más que hora y media de charla insulsa y enlatada.
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Si no las encuentras, pide un ascenso. Te lo darán.