Recientemente, un grupo de investigación del MIT llevó a cabo un experimento: eliminar las reuniones en 76 empresas de más de 1.000 trabajadores varios días a la semana, para comprobar cómo afectaba al rendimiento de las Plantillas. Los resultados sorprendieron a los propios investigadores: las compañías aumentaron su productividad un 73%, y el estrés se redujo en un 57%.

Aunque algunas mentes decimonónicas de nuestra Entidad no lo crean, el estudio demuestra que tener demasiadas reuniones resta valor a la colaboración y desconcentra al personal en sus horas más productivas. ¿Cuántas veces has pensado en los retrasos que generan en tu trabajo REAL, y en las horas extras sin remunerar que tendrás que hacer?

Además recomienda establecer una agenda y objetivos concretos y comunicarlos previamente, justo lo contrario de lo que solemos vivir.

Pero, como decimos en el título, no hace falta el MIT para saber que nuestra Entidad es el epítome de la ineficiencia. Y no sólo son las reuniones: llamadas para presionar, la excesiva burocracia, la falta de coordinación, las injusticias y agravios comparativos en las carreras profesionales, la hipocresía de la RVO…