¿A quién le importa lo que yo haga? ¿A quién le importa lo que yo diga?…

Un estribillo muy repetido y que podemos trasladar al día a día de nuestra jornada de trabajo.

Se nos presentó la fantástica herramienta de la Sistemática como un reto para conseguir un Banco más eficaz y proactivo, aportando método y soporte, y poniendo el foco en la actividad comercial, planificación, gestión y RESULTADO.

Lo definieron en su presentación como “el momento de la VERDAD”.

¿¿¿¿CUÁL ES LA VERDAD Y CUÁL EL RESULTADO???? Estas son las últimas directrices VERBALES al respecto de las anotaciones:

  • Los contactos telefónicos no cuentan como gestiones, mejor no anotarlos.
  • Los resultados negativos no hay que anotarlos.
  • Aunque sea contacto telefónico anotarlo como presencial.

¿QUÉ VERDAD SE CONSIGUE CUANDO EL RESULTADO ES ENGAÑOSO?

MIS GESTIONES, OFRECIMIENTOS, PRESUPUESTOS, ACCIONES… CON RESULTADO NEGATIVO ¿NO SON TRABAJO?

Si la herramienta en sí no está resultando nada motivadora y la alimentamos con datos no reales, lo único que conseguimos es engañarnos a nosotros mismos, maquillando resultados de algo que está abocado al fracaso.

Campañas lanzadas para su gestión, incapaces de ser gestionadas y cuyas acciones y citas se cierran sin una gestión real.

Citas obligadas a agendar para “engañar” como que se está trabajando en ello y, por supuesto, que figure con cierre POSITIVO.

¡¡¡¡¡Pues NOOOOO!!!!!

Yo he gestionado, ofrecido, presupuestado, agendado acciones y cerrado citas con resultado ¡¡¡¡¡NEGATIVO!!!!! Y es lo que anoto en Sistemática, porque es la VERDAD Y EL RESULTADO, le pese a quien le pese.

Pero como os decía: ¿A quién le importa lo que yo haga? ¿A quién le importa lo que yo diga?

Si a alguien de esta Empresa le importa lo que diga y haga la Plantilla, que empiece a ¡CAMBIAR  YA!

Basta de mentiras, hipocresía y presiones desmedidas e injustificadas